Seung-Hui Cho: El Perfil de un asesino
El 16 de Abril del año 2007 tuvo lugar la peor masacre que, en la historia de los Estados Unidos, haya sacudido a un centro educacional: en el Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia, conocido como Virginia Tech, un joven surcoreano de 23 años de edad llamado Seung-Hui Cho acabó con la vida de un total de 32 estudiantes y docentes en dos baleos con casi dos horas de diferencia para luego suicidarse y aumentar a 33 el número de bajas y a 29 el de heridos.
Debido a confusas razones, la policía no evacuó el lugar ni tuvo mayores cuidados, otorgándole una considerable ventaja al homicida para seguir perpetuando sus crímenes, al punto que tuvo suficiente tiempo, entre los dos ataques, para tomarse unas fotos en las que aparecía portando las armas asesinas en poses amenazantes y también para grabar un video en el cual consignaba un manifiesto de lo que iba a hacer, y revelaba las razones que lo habrían inducido a tamaña aberración. Posteriormente envió por correo este material a la cadena de noticias NBC, la que se encargó de hacer públicas las imágenes.
Sin embargo, las motivaciones más profundas que llevaron a este joven a cometer semejante matanza, seguramente nunca las sabremos con certeza absoluta. Se habla de una decepción amorosa, de que tenía problemas psiquiátricos, que buscaba venganza, que quería hacerse famoso, etc.
Tal vez podríamos tener algunas luces de la verdadera causa teniendo en cuenta el perfil psicológico que caracteriza a un asesino y compararlo con el de éste caso en particular. Los compañeros de Cho lo describían como una persona muy reservada, solitaria, que casi no hablaba y que , en realidad, se negaba a hacerlo. También dicen que cometió actos de violencia tales como incendiar su habitación, y otros de similares características, pero confiesan que ninguno conocía su afición a las armas de fuego hasta que ya fue demasiado tarde.
Sus informes psiquiátricos le diagnosticaban el llamado Síndrome de Asperger, un “espectro” derivado del autismo, además de una obsesión por la violencia. Algunos científicos consideran que el llamado síndrome no es una enfermedad, es simplemente una forma de ser ya que una persona que lo padece tiene las mismas expectativas de vida que una persona normal.
Por su parte, la historia personal de Seung-Hui manifiesta algunos indicios que bien podrían ser factores desencadenantes de la matanza ocurrida en Virginia Tech. Los especialistas en el tema afirman que este joven pudo ser objeto de maltratos, o incluso, abuso sexual, una característica común de los que se convierten en asesinos.
Muy posiblemente, otro de los gatillantes fue la discriminación por parte sus compañeros, quienes le hacían burlas y lo rechazaban.
Todos estos ingredientes: su biografía, sus desórdenes mentales, su introversión, su obsesión por la violencia, las burlas, el rechazo, la discriminación, entre otros, fueron acumulándose hasta el día en que llegó la gota que rebasó el vaso y éste sufrido joven extranjero compró sin mayores dificultades, dos armas de fuego con las que decidió quitarse la vida llevándose a otras 32 personas con él.
Sólo me queda concluir, que los sucesos como éste se deben en parte a las relaciones psicológicas que entabla el victimario con su entorno: tomando distancia de las personas, escapando de lo que acontece a su alrededor, para concentrarse sólo en sí mismo y con ello acumulando rencor que tarde o temprano explota en hechos tan graves como éste, igual que un volcán que entra en erupción. Pero la parte más importante, es el trato que nosotros damos a las personas como Seung, que son propensas a desatar su ira de la forma más trágica que pudiéramos imaginar. Por eso, conviene que nos preguntemos de manera muy responsable: ¿cuántos Seung-Hui Cho estamos forjando con nuestras maliciosas actitudes?
Etiquetas: Nicolás Pinto 2ºMA
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